Cuando éramos idealistas.
El mundo da muchas vueltas, y conforme la humanidad se va desarrollando, se empieza a dar cuenta que muchas cosas funcionan y otras no funcionan. Las ideas más fuertes continúan, y las más débiles o inviables se descartan; después se inventan otras ideas, para ver si estas pueden funcionar y las que funcionan coexisten con las otras, hasta que con el tiempo varias de estas parecen ser inviables con las nuevas realidades, y se tienen que inventar otras y dejar las fuertes. Y así continúa el ciclo de la naturaleza humana.
Siempre se ha buscado (o evitado), buscar una forma de gobierno para que la humanidad pueda coexistir. Podemos encontrar entre las propuestas de gobierno de raíz, la monarquía, la oligarquía, la democracia, la tiranía; con el tiempo evolucionaron, se razonaron, criticaron, hasta evolucionar en las formas actuales, en las cuales predomina la democracia actual, entre las cuales se pueden encontrar variantes de libre mercado, socialdemocracias, y en menor medida socialismos radicales (mal llamados comunistas) y teocracias.
El capitalismo, desde sus versiones mas sociales (socialdemocracia, tercera vía) hasta sus versiones mas “capitalistas” (liberalismo económico) han demostrado ser de momento la opción mas fuerte. Y claro que como cualquier sistema, es imperfecto, y se debe de estar renovando a si mismo a través de la historia, para acercarse a lograr el bien común. Y como en todos los sistemas, unos gobiernos los utilizan para lograr un desarrollo sustentable, y otros utilizan el mismo para beneficiar a algunos pocos.
Bien, estas imperfecciones del capitalismo actual ha traído rechazo en algunos sectores de la población. Pero ante la falta de propuestas, muchas veces esta gente, que generalmente es joven, que aunque en la mayoría de ellos existen buenas intenciones, buscan modelos que ya fracasaron en el pasado. Son los famosos jóvenes que ante la falta de oportunidades, o la dificultad de aceptación de su forma de pensar por parte del sistema; buscan el comunismo de regreso, o proponen la anarquía (que curiosamente no es tan diferente del liberalismo que critican). Esos que creen que el ser humano siempre es bueno, y que con un modelo socialista todos podríamos vivir en paz; que no pueden ver a la cara a los ricos (sean honestos o no lo sean), o a la gente ambiciosa y corrupta que existirían por igual en un modelo socialista.
Son los famosos idealistas, que a veces hacen unas muy buenas críticas al capitalismo, pero que al preguntarles que harían por cambiar al mundo, o presentan propuestas que la historia demostró que son inviables, o se quedan con la boca cerrada. Pero es que en realidad si tumbamos a los ricos, que ostentan el poder. Los que lideraron al pueblo que tumbó a los ricos, terminarán siendo los nuevos ricos que exploten al pueblo. O si no háganles una llamada, a Fidel Castro, o a Joseph Stalin.
He llegado a la conclusión de que el humano si bien no es malo por naturaleza, tampoco es bueno; y que eso lo determina la educación y la sociedad. Porque antes de ser bueno o malo, el humano tiene instintos de supervivencia, y necesidades que satisfacer, y entonces tendríamos que desarrollar un sistema de acuerdo a esta realidad. La cual no se atreve a proponer ningún idealista. Y probablemente los que mas se han acercado a estos sean los países europeos, sobre todo los nórdicos.
Yo mas bien propondría trabajar desde donde estamos parados. Si se está en contra de que las multinacionales exploten a los pakistaníes, buscar soluciones. Si se está en contra del FMI y el Banco Mundial, proponer soluciones para que todo encause en un bien común y no en unos pocos. Si se está en contra de que exista el penoso hecho de tener el segundo rico que acapara todo un monopolio, proponer soluciones para que esto no pase, informarse adecuadamente, para exigir que esto no vuelva a ocurrir. Y en lugar de romper vidrios y ventanas, uno puede empezar por cambiar de linea telefónica, o manifestarse pacíficamente para no darles razones a la gente que “tiene el poder” y ganar credibilidad, para que la gente entienda su mensaje, y las grandes empresas tengan que cambiar su postura y ser mas “humanistas”.
Pero si creen que con derrocar al poder (excepto cuando se trate de una dictadura o un gobierno totalmente centralizado), las cosas van a ser iguales para todos, están equivocados, porque si no son unos, van a llegar otros. Siempre van a haber elites, pero cuando el pueblo esté mas preparado, y mas informado, estas van a tener que ser mas complacientes si no quieren que dejen de comprar sus productos o busquen hacer los suyos propios. Y si el gobierno no les quiere dar buena educación, se la puede buscar uno por su cuenta.
Y mientras no sea de esta forma, siempre se va a caer en el círculo vicioso de derrocar al poder en turno, para que se establezca al final uno nuevo, que puede terminar incluso siendo peor.
Si una ventaja tiene el pueblo en el capitalismo actual, es que los “poderosos” necesitan que el pueblo consuma sus productos. Si una multinacional explota chinitos, solo se necesita dejar de comprarles e ir con uno de sus competidores que trate mejor a sus empleados. Y de esta forma las multinacionales se tendrán que preocupar mas por sus empleados si quieren tener clientes.
Para avanzar, se necesitan aportar soluciones, y saber que el pueblo tiene ese poder antes mencionado, que ni siquiera ve, por querer derrocarlos por la fuerza.
Siempre se ha buscado (o evitado), buscar una forma de gobierno para que la humanidad pueda coexistir. Podemos encontrar entre las propuestas de gobierno de raíz, la monarquía, la oligarquía, la democracia, la tiranía; con el tiempo evolucionaron, se razonaron, criticaron, hasta evolucionar en las formas actuales, en las cuales predomina la democracia actual, entre las cuales se pueden encontrar variantes de libre mercado, socialdemocracias, y en menor medida socialismos radicales (mal llamados comunistas) y teocracias.
El capitalismo, desde sus versiones mas sociales (socialdemocracia, tercera vía) hasta sus versiones mas “capitalistas” (liberalismo económico) han demostrado ser de momento la opción mas fuerte. Y claro que como cualquier sistema, es imperfecto, y se debe de estar renovando a si mismo a través de la historia, para acercarse a lograr el bien común. Y como en todos los sistemas, unos gobiernos los utilizan para lograr un desarrollo sustentable, y otros utilizan el mismo para beneficiar a algunos pocos.
Bien, estas imperfecciones del capitalismo actual ha traído rechazo en algunos sectores de la población. Pero ante la falta de propuestas, muchas veces esta gente, que generalmente es joven, que aunque en la mayoría de ellos existen buenas intenciones, buscan modelos que ya fracasaron en el pasado. Son los famosos jóvenes que ante la falta de oportunidades, o la dificultad de aceptación de su forma de pensar por parte del sistema; buscan el comunismo de regreso, o proponen la anarquía (que curiosamente no es tan diferente del liberalismo que critican). Esos que creen que el ser humano siempre es bueno, y que con un modelo socialista todos podríamos vivir en paz; que no pueden ver a la cara a los ricos (sean honestos o no lo sean), o a la gente ambiciosa y corrupta que existirían por igual en un modelo socialista.
Son los famosos idealistas, que a veces hacen unas muy buenas críticas al capitalismo, pero que al preguntarles que harían por cambiar al mundo, o presentan propuestas que la historia demostró que son inviables, o se quedan con la boca cerrada. Pero es que en realidad si tumbamos a los ricos, que ostentan el poder. Los que lideraron al pueblo que tumbó a los ricos, terminarán siendo los nuevos ricos que exploten al pueblo. O si no háganles una llamada, a Fidel Castro, o a Joseph Stalin.
He llegado a la conclusión de que el humano si bien no es malo por naturaleza, tampoco es bueno; y que eso lo determina la educación y la sociedad. Porque antes de ser bueno o malo, el humano tiene instintos de supervivencia, y necesidades que satisfacer, y entonces tendríamos que desarrollar un sistema de acuerdo a esta realidad. La cual no se atreve a proponer ningún idealista. Y probablemente los que mas se han acercado a estos sean los países europeos, sobre todo los nórdicos.
Yo mas bien propondría trabajar desde donde estamos parados. Si se está en contra de que las multinacionales exploten a los pakistaníes, buscar soluciones. Si se está en contra del FMI y el Banco Mundial, proponer soluciones para que todo encause en un bien común y no en unos pocos. Si se está en contra de que exista el penoso hecho de tener el segundo rico que acapara todo un monopolio, proponer soluciones para que esto no pase, informarse adecuadamente, para exigir que esto no vuelva a ocurrir. Y en lugar de romper vidrios y ventanas, uno puede empezar por cambiar de linea telefónica, o manifestarse pacíficamente para no darles razones a la gente que “tiene el poder” y ganar credibilidad, para que la gente entienda su mensaje, y las grandes empresas tengan que cambiar su postura y ser mas “humanistas”.
Pero si creen que con derrocar al poder (excepto cuando se trate de una dictadura o un gobierno totalmente centralizado), las cosas van a ser iguales para todos, están equivocados, porque si no son unos, van a llegar otros. Siempre van a haber elites, pero cuando el pueblo esté mas preparado, y mas informado, estas van a tener que ser mas complacientes si no quieren que dejen de comprar sus productos o busquen hacer los suyos propios. Y si el gobierno no les quiere dar buena educación, se la puede buscar uno por su cuenta.
Y mientras no sea de esta forma, siempre se va a caer en el círculo vicioso de derrocar al poder en turno, para que se establezca al final uno nuevo, que puede terminar incluso siendo peor.
Si una ventaja tiene el pueblo en el capitalismo actual, es que los “poderosos” necesitan que el pueblo consuma sus productos. Si una multinacional explota chinitos, solo se necesita dejar de comprarles e ir con uno de sus competidores que trate mejor a sus empleados. Y de esta forma las multinacionales se tendrán que preocupar mas por sus empleados si quieren tener clientes.
Para avanzar, se necesitan aportar soluciones, y saber que el pueblo tiene ese poder antes mencionado, que ni siquiera ve, por querer derrocarlos por la fuerza.