Las vías públicas de México
Voy manejando hacia mi casa como todos los días, me coloco en el carril izquierdo para dar vuelta, y a la hora que indica la flecha, doy la vuelta con mucha precaución, puesto que muchos coches se amontonaron en el carril del centro (en el cual está prohibido dar vuelta); y así sucede en distintos puntos de la ciudad, se puede entender que un señor se metió en el carril equivocado por distraído, pero lo que no entiendo, es porqué casi nadie respeta los señalamientos de tránsito, o porqué existe gente que maneja a mil kilómetros por hora, nada mas porque trae su camioneta de lujo que lo hace sentir importante rebasa a todo mundo y pone en peligro la vida de varias personas.
De hecho tengo una clasificación de automóviles a los cuales les tengo mucho cuidado y trato lo mas posible no manejar cerca de ellos. Primero están los coches normales conducidos por jóvenes (e incluso gente mayor) que van a alta velocidad, a estos solo los puedo detectar por la “prisa” que llevan. Luego están las famosas Pick-Ups o las Rummer, las cuales les da una sensación de poder a la gente que hace que crean que el camino es de ellos. Al final están los camiones o autobuses, son los mas peligrosos en el sentido de que nunca manejan a la defensiva, además al ser mas altos que un coche, se les hace mas complicado observar los automóviles que tienen a los lados o adelante. No está de mas mencionar a las personas que manejan en estado de ebriedad.
Otro problema nuestro, es el poco respeto que se tiene a las vías públicas; es impresionante a veces la cantidad de basura que observamos en las calles, entre que parece que nos vale y que el gobierno no pone suficientes botes de basura, ah y los que pone terminan sufriendo un acto vandálico, o terminan llenos de basura de hace dos meses. Es mas, no faltan las amas de casa que tiran la basura en el bote, como si fuera nuestro canasto.
Nos estresamos con el tráfico, y buscamos solucionar nuestros problemas haciendo malabares en la calle y metiendonos en el lugar de otros. Cuando estas mismas actitudes provocan más tráfico. Si cada uno de nosotros respetáramos las señales de tránsito, el problema sería menor. Y entonces solucionar estos problemas exigiéndole al gobierno que aporte soluciones e invierta nuestros impuestos en mejores vialidades.
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